domingo, 5 de junio de 2022

APORTES A LA CULTURA KULLI: EL PANTEÓN KULLI

Autor: Esquivel Bazán José.

    La historia de los pueblos está rodeada de misterio y riqueza cultural que para conocerlo tenemos que investigar en fuentes confiables para tratar de comprender el pasado. En este devenir encontramos palabras como Shamana, Loque, Anshu, lanche, pauco, tayanko, ashal, salló, konyoluj, kallapso, Shimbil,  entre otras que no son palabras quechuas que sin embargo son conservadas en el hablar de la gente del campo. ¿Entonces, de qué idioma proceden estos vocablos si no pertenecen ni al quechua ni al castellano?

    Luego de profundizar en fuentes confiables podemos afirmar que el idioma al que pertenecen estas piezas léxicas es el kulli, por la similitud fonética y morfológica que muestran con las acopiadas por los estudiosos de esta lengua en Huamachuco, centro de cultura y lengua cuyo uso se prolongó hasta inicios del siglo XX en un extenso territorio que abarcó la provincia ancashina de Pallasca, toda la serranía de la región La Libertad y las provincias sureñas y centrales de la actual región de Cajamarca, con prolongaciones hacia Amazonas y Huánuco, y hacia el occidente hasta las costas de dominio de la lengua mochica.


    Por otro lado encontramos palabras como
    [Kaw]N = lluvia, según Jaime Martínez y Compañón ([1790] Torero, 2002: 207, 247) y [tawan]N = según Lobato (1901: 353) *vertiente en una quebrada. Las mismas que según estos investigadores son kulli.

    Un dato interesante es Ulpillo que encontramos escrito en la crónica agustina (R3PPA, p. 25); pero como la ha detectado Trelles es la misma montaña Urpillao (1992, nota 39, p. 21) que Ciro Alegría identifica en la literatura como nevado Urpillao, describiendo a Rosendo Maqui, su personaje principal: ‘en sus sienes nieva como en las del Urpillao. Nombre quechua ‘palomita’, kullizado con -ao].  Otra palabra interesante en nuestro estudio es Paiguinoc. Dios del hogar, responsable de la multiplicación de los cuyes. Palabra kulli: pai = cuy y guinoc = padre o progenitor.

    Según Martínez (1790): Yaiá <Yaya = Dios, ser superior>, usú <hombre = ser humano>, ogoll <prole: hij(o), hij(a) del ser humano>, coñ <agua>, cau <lluvia>, mun <luna>, su <sol> reconocibles como N (nombres); miú <comer>, cumú <beber>, canquiú <reír>, ačasú <llorar> y en la de González (1915): corep <perro>, chu <cabeza>, mai <pie>, pui <mano>, todas N. son palabras de base simple.


    SOBRE EL NOMBRE KULLI

    En nuestra investigación nos preguntamos ¿Cuál es el significado de kulli? Y buscando en la literatura en nuestro  auxilio viene la obra de César Guardia Mayorga (1967: 84-85, 178) que nos dice que  Kulli, qulli: adj. Morado, moreno. Kulli sara: maíz morado oscuro, casi negro. S. arbusto de la sierra, con hojas verde oscuras semejantes a las del olivo. Abunda en el Kollao. Además aclara que: Kulli o Qulli Runa. s. hombre moreno. Frente a esta información nos preguntamos ¿Por qué, entonces, toda una nación identificaba a su lengua y a sí misma se reconocía kulli? La respuesta está despejada. Los kulli eran hombres morenos. En el mito se descubrirá que procedían de la cálida costa y que emigraron hacia los Andes en una época de grandes sequías, y siguiendo un itinerario a la vez difícil y trazado por los ríos que estacionalmente se descolgaban de los Andes adyacentes.

    Según el mito fundacional los protokulli, comandados por Wamansuri primero, y más tarde por Katatkill vencieron, expulsaron o arrinconaron a los watsimín. En este sentido, los topónimos Wasmín (Celendín), Wachemín (Chusgón-Marañón), Wachimín (Sinsicap-Otuzco) son testimonios indelebles de la presencia wachemín en estos territorios, pero ya no como dominadores, sino como dominados, como relictos o como pueblos dialectalizados, bilingüizados watsimín /protokulli.

    La cultura kulli, después de la destrucción o asimilación de los wachemín, sufrió la invasión tardía del quechua sureño, el imperial, a mediados del 1400 d.C., cuando las huestes de Qapaq Yupanki, sumaron los territorios de Huamachuco y Cajamarca a jurisdicción tawantinsuya. Aunque, como sabemos, el contacto con el quechua central llevaba muchas centurias. Esta etapa del inkanato, tal como nos documenta Espinoza (2018) tuvo efectos desastrosos.

    En este tema, se intersectan tres culturas y tres idiomas. La cultura occidental representada por los españoles que conquistaron, colonizaron y comenzaron a destruir el Perú; la quechua, última de las culturas panandinas vigente a la irrupción de los españoles y, la cultura kulli, indígena inmersa en la quechua y ni siquiera reconocida como diferente. Se entrecruzan, así mismo, tres idiomas, correspondientemente: castellano, quechua y kulli, entre los cuales la intercomunicación resulta asimétrica y, de todas maneras, conflictiva.

    Los kulli tuvieron una vida muy arraigada a lo religioso y lo mítico, esto hizo que en el camino de la evangelización, la identificación de las huacas -dioses o lugares sagrados- fuera, para los frailes españoles una tarea obsesiva, enfermiza, desde la invasión de la que ellos constituían una prolongación; solo la consiguiente destrucción menguaba su paranoia. La crónica de los agustinos acuña frases que apenas cambian en la forma, pero que, a nuestro parecer no hacen sino confirmar un crimen de lesa cultura:

    ·         > destos corrales está llena la tierra y desbaratamos munchos (R3PPA: 11 todos se arruinaron en Guamachuco

    ·         > (con respecto a la cabeza de Catequil)… y lo molieron y echaron río abajo el polvo, porque no oviese memoria (R3PPA: 20)

    ·    > Hallaron los padres… y… sacaron más de trescientos… y los quemaron y deshicieron y quitaron los hechiceros (R3PPA: 21)

    ·    > (con respecto a las 9 huacas inka)… estas sacaron los padres y deshicieron con el favor divino y quemaron y despojaron (R3PPA: 21)

    ·         > Y al ídolo Llaiguén hicieron polvos y quemaron de manera que no pudiesen volver a él (R3PPA: 22)

    ·        > (con respecto a la deidad Cauri) los padres deshicieron todo el edificio, quebrantaron el ídolo (R3PPA: 22)

    ·         > (con respecto a Caoquilca) destruimos y derribamos las casas y las quemamos y la piedra molimos y echamos las demás donde no pareciese (R3PPA: 23)

    ·         > (respecto a Guamansuri, la huaca incrustada en la pared del templo católico fronteriza al altar) […] para poderle adorar de dentro… y parecía que adoraban a Dios [] todo lo quitamos con el favor de Dios (R3PPA: 24)

    A estas se suman, a manera de conclusiones, otras expresiones: …fueron desbaratadas y quemadas y la gente quitada de allí; fue deshecha y quebrantadadeshiciéronse juntamente con la pared… quebráronse los cántaros y arrojáronse la cuesta abajo… No quedó memoria de la huaca. Mas de trescientas de estas se quitaron… y en muchas partes en su lugar se pusieron cruces. Se quemaron las huacas y la ropa y lo demás se dio a los pobres.

    PANTEÓN KULLI

    Como habíamos expresado anteriormente la cultura kulli tenía costumbres muy arraigadas a sus dioses y para rendirle culto construyeron lugares altos donde ofrecían sacrificios de carne y sangre de animales.

    En este sentido para mayor información la lista de dioses en el orden en que aparecen en R3PPA es la siguiente: Ataguju, Sugadçavra, Vaumgavrad ~ Ucuzgavrad, Uvigaicho, Unstiqui, Guamansuri ~ Guamansiri, Cautaguán ~ Mama Catequil, Catequil ~ Cataquil ~ Apo Catequil, Piguerao, Ulpillo, Pomacoma, Caoquilca, Quingachugo, Nomadoy, Guarcayoc, Guana Catequil, Casipoma, Llaiguén, Tantaguayanay, Tantazoro, Cauri, Guallio, Topallimillay, Muniguindo, Yamaguanca, Yamoguanca, Quispeguayanay, Magachi, Guachecoal, Caruazorua, Guarasgayde, Guajalmojón, Uzorpillau, Acuchuuaucque, Yanaguanca, Yulcaguanca, Mayllar, Paucar, Cóndor, Llaga, Guacancocha, Uscayguay, Añas, Agan Yamoc, Yagan Yahunac, Exquioc, Chuchucoc, Chukomama, Paiguinoc, Illa, Cavramago.

    El cronista agustino da testimonio de la evidencia del lugar sagrado y del culto vigente en pleno siglo XVI

     Arriaga (1621) decía, Los protokulli –luego los kulli– ‘adoran mucho y veneran sus malquis … que son los cuerpos de sus progenitores (recordemos a Wamansuri escondido en la pared posterior del altar mayor del templo de Wamachuku, como waka, pero de un héroe divinizado, delatado por Marcos, el informante de los agustinos; a Apu Katatkil –héroedios– nacido de Kawtawán –la diosa Lluvia, virgen wachemín, madre a su vez de Apu Katatkil –la luz que, tronando, hace temblar (Rayo y trueno a la vez) y Piguerao, (el silencioso relámpago), con menos dioses que los wachemín.

      Nota: Para dar fidelidad a las fuentes se han transcrito las palabras tal cual se hallan en las fuentes consultadas, así que si hay palabras que en nuestro contexto están mal escritas, estas para su época eran correctas.

    REFERENCIAS

    ADELAAR, Willem. (1990). En pos de la lengua culle. En Temas de Lingüística Amerindia. Primer Congreso Nacional de Investigaciones Lingüístico-filológicas. Lima. CONCYTECGTZ.

    AGUSTINOS, PP. ([1560] 1992). Relación de la religión y ritos del Perú hecha por los padres agustinos. Edición, estudio preliminar y notas de Lucila Castro de Trelles. Lima. Fondo editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

    ALVA, Walter. (1986). Las Salinas de Chao. Asentamiento temprano en el Norte del Perú. Bonn, Alemania. Versión bilingüe alemán-castellano.

    Arriaga, Pablo Joseph de. ([1621]1999). La extirpación de la idolatría en el Pirú. Estudio preliminar y notas de Henrique Urbano, inserta en el capítulo XV, las instrucciones para los extirpadores de idolatrías.

    ASPADERUC-PROYECTO ENCICLOPEDIA CAMPESINA (1992). Hermano cuy, hermana yuta. Los animales en la tradición cajamarquina. Cajamarca. Servicio editorial del Obispado de Cajamarca.

    César Guardia Mayorga (1967). Diccionario Kechwa-Castellano / Castellano-KechwaLima: Editorial Minerva, 1959 [1961, segunda edición; 1967, tercera edición; 1970, cuarta edición; 1971, quinta edición; 1980, sexta edición; 1997, séptima edición].

    Esquivel, José (2021). EL “KULLI” CULTURA Y LENGUA DE NUESTROS ANCESTROS OTUZCANOS. https://draft.blogger.com/blog/post/edit/3426512692476158735/3425977604958001052 

    FLORES REYNA, Manuel (1996). Los estudios interdisciplinarios y la reconstrucción de la lengua culle. Parte I: La historia de la lengua culle. Inédito. 

    FLORES REYNA, Manuel (2000). Recopilación léxica preliminar de la lengua Culle. En Tipshe-Revista de Humanidades-Facultad de Humanidades, Universidad Nacional Federico Villarreal.

    FLORES REYNA, Manuel. (2001). Estudio comparativo del léxico culle en el castellano de las provincias de Santiago de Chuco (La Libertad) y Pallasca. En Verbum N° 2. Lima. Universidad Nacional Federico Villarreal.

    LOBATO, Juan. G. N. (1901). Arte y Diccionario Qqechua-Español. Corregido y aumentado por los RR.PP. Redentoristas. Lima. Imprenta del Estado.

    PAREDES E., Víctor (2010). La arracacha y el pajuro, dos especies kulliandinas en peligro de extinción. Cajamarca. Editorial Baltazar Jaime Martínez Compañón y Bujanda.

    PAREDES E., Víctor (2020). La cultura y la lengua kulli en el castellano de Cajamarca centro y sur, La Libertad, Pallasca y en el quechua ancashino.

    TORERO F. de C., Alfredo (2002). Idiomas de los Andes. Lingüística e Historia. Lima. Instituto Francés de Estudios Andinos-IFEA. Editorial Horizonte.


    sábado, 4 de junio de 2022

    SEMBRANDO ESPINAS. Reflexión

     


    Autor: José Esquivel 03/06/2022 

    Profesor ¿Por qué estamos sembrando espinas? Fue la interrogante que abrió el dialogo entre adolescentes y maestro un día martes por la tarde en la jardinería.

    Interesante pregunta mi estimado, pues mira. La vida es tan buena o tan complicada como uno quiera verlo, y esto depende del juicio que uno tenga de la vida o de las cosas, pues hay muchos que andan en el mundo evitando plantar rosas por temor a las espinas, estos son aquellos que tienen una visión corta, miran lo que sus ojos finitos tienen en frente sin mirar el fondo del meollo, piensan en las dificultades más que en las posibilidades, están siempre viendo lo negativo, andan husmeando para encontrar el más mínimo error y sentirse superiores y no ven el inmenso mar de posibilidades que tienen en frente.

    Por otro lado, están aquellos que a pesar de las espinas y el riesgo que estas representan, están dispuestas a plantarlas porque más allá de ver espinas, contemplan con esperanza un jardín florido y se ven disfrutando de su agradable aroma.

    Otro motivo por lo que estamos plantando flores con espinas, es que estas nos recordarán constantemente que la vida no es tan sencilla como parece, tiene momentos difíciles que nos hieren, lastiman, causan dolor, pero también podemos elegir disfrutar de su belleza, de su aroma, su frescor, su fragilidad que no es más que un recordatorio que la vida es eso, frágil y pasajera. Que las personas son como las plantas,  algunos verán en ti solo “espinas” juzgarán tu apariencia y perderán de vista lo más valioso de tu esencia  tu “belleza”.

    Plantamos flores con espinas porque estas nos recordarán constantemente que las personas pueden ser tan crueles o tan bondadosas como quieran serlo.

    Finalmente querido, Yo no estoy plantando espinas, planto flores tan hermosas que para evitar que alguien pase de frente sin contemplarlas y sin disfrutar de su aroma, se viste de espinas que no son más que sus defensas para evitar que alguien las destruya.



    Sitio arqueológico TARCUMARCA