“La historia de los pueblos es la experiencia del pasado, la enseñanza
del presente y del futuro”
Por: José Esquivel
La historia oficial muchas veces es mezquina con la verdadera
historia de los pueblos, por eso conviene antes de entrar en la exposición de
los hechos entender que la historia según nos enseña la ciencia es narrativa y
es filosófica, y en este sentido narraremos algunos hechos importantes sobre la
Intendencia de Trujillo y su participación ejemplar en la lucha por la
independencia.
Trujillo fue fundado en 1535 y desde su fundación habría de
ser una de las ciudades más importantes del Perú.
La intendencia de
Trujillo, por su gran extensión de territorio y sus grandes recursos que
poseía dio apoyo al general San Martín, que se hallaba en la provincia de
Chancay, en condiciones lamentables por falta de recursos y con hospitales
llenos de enfermos. En este contexto, grande fue la ayuda que recibieron de los
pueblos del norte.
San Martín, había desembarcado con el ejército libertador el
8 de septiembre de 1820 en Pisco, en la caleta de Paracas. La nobleza de San
Martín puede verse en sus palabras que dirigiera a su ejército. Rebaza (1898)
escribe “Los peruanos son nuestros hermanos y
amigos: abrazadlos como tales y respetad sus derechos como respetásteis
[sic] los de los chilenos después de
la batalla de Chacabuco. La ferocidad y la violencia son crímenes que no
conocen los soldados de la libertad; y si contra todas mis esperanzas, algunos
de los nuestros olvidásen [sic] sus
deberes declaro desde ahora que serán irremisiblemente castigados”.
La historia nos enseña que el más grande guerrero no es el
que acaba con todo lo que encuentra a su paso, sino aquel que sin mayores
esfuerzos logra la victoria sin causar la muerte de los inocentes.
Como dijimos, Trujillo se pronunció en favor de la
independencia, el gobernante de la intendencia era Don José Bernardo Tagle y
Portocarrero, Marqués de Torre-Tagle, quien tenía como consejeros al Sr. Dr. D.
Juan Antonio Andueza natural de Chachapoyas, otro de sus consejeros era un
religioso mercedario Comendador de la Órden [sic] y que residía temporalmente en Trujillo, muy patriota e
ilustrado (Rebaza, 1898, p. 31).
Luis José de Orbegoso era muy estimado del Intendente, aunque
por sus pocos años no gozaba de la influencia de consejero. El más influyente
en el Marqués fue don Domingo Villarino amigo del general San Martín.
En la lucha por la Independencia, cabe mencionar que el
trabajo y la honra fue general en todos los hijos de Trujillo, y una de las
primeras atenciones del Marqués Torre-Tagle por orden de San Martín, fue que se
hiciese la Bandera Nacional del Perú Independiente que debía flamear el 29, al
arrearse la española.
El poeta iqueño Abraham Valdelomar escribió,
“Cansado, en tanto que el ejército se preparaba a la marcha, el Libertador se
recostó a la sombra de una palmera […] Durmióse y soñó. Vió, en su sueño, que
hacia el norte se elevaba un gran país, ordenado, libre, laborioso y patriota. Despertó
y abrió los ojos. Efectivamente, una banda de aves de alas rojas y pechos
blancos de armiño se elevaba de un punto cercano”. El texto se escribe respetando la escritura de la época. La cursiva
es nuestra.
Es interesante mencionar que el Pabellón se arregló según
Rebaza (1898), tomando los colores blanco y rojo de las banderas de la
Repúblicas Argentina y Chile; cuyos ejércitos venían en auxilio del Perú, además
se daba instrucción sobre el escudo que la bandera debía llevar.
El decreto que San Martín diera en Pisco el 29 de Octubre de
1820 decía: “La Bandera es símbolo de una Nación y el signo de reunión en el
campo de la gloria. El Perú no tiene ninguna, pues en todo el Vireynato [sic]
se usa la española signo de esclavitud” (Rebaza, 1898, p. 31).
Entendiendo claramente la obra a realizar, el encargo fue dado a la señora Micaela Cañete, esposa del Sr. José Clemente Merino. El Pabellón se exhibió el día 28 de diciembre de 1820 en la sala de la señora Cañete, de los jóvenes trujillanos se escogieron algunos para hacer la Guardia de Honor, uno de ellos fue José Ramón Suarez, más tarde vencedor en Pichincha, en la clase de Teniente en el batallón de Trujillo.
En aquella época no había imprenta por lo que se hicieron carteles manuscritos en todas las esquinas, invitando al pueblo a nombre del Marqués a concurrir el 29 a las 2 pm a la plaza pública porque se iba a deliberar la proclama de la independencia. A la hora señalada todas las fuerzas se hallaban formadas en la Plaza principal y el Cabildo bajo la presidencia de don Manuel Cabero y Muñoz, Marqués de Bella-Vista. Los regidores fueron 12 como lo refiere Feijoó y el Síndico Procurador General fue don José Luis Orbegoso.
Llegado el día, el pueblo patriota se volcó a la plaza antes
de la hora señalada y copó cuanto espacio había, todos esperaban con entusiasmo
el momento de la proclama.
En el Cabildo se leyó parte de la correspondencia de San Martín y no habiendo oposición y por unanimidad el Cabildo y toda la concurrencia pidieron se Proclame y jure la Independencia. El Marqués firmó el acta, también lo hicieron los miembros del Cabildo y todos los que pudieron estar en las salas.
Ese día el Marqués vestía un gran uniforme de Mariscal de
Campo llevando en la mano un pequeño estandarte, no el que se iba a izar sino
uno más pequeño, puso cuanto había hecho bajo la protección del cielo y
levantando la voz cuanto pudo batiendo el Pabellón Nacional dijo: “Viva la
Patria, Viva la Independencia”. En el acto fue arreada la bandera española, que
hasta ese momento flameaba en la casa consistorial, en su lugar se elevó el
Pabellón Nacional hecho por la señora Cañete, seguida de una salva real de
artillería, se saludó a la Patria y al nuevo Pabellón del Perú Independiente.
En todas las torres de las 13 iglesias de Trujillo se dio un repique de
campanas, el día fue uno de los más grandes y solemnes que podía esperarse pues
el acto era el más augusto de la soberanía de un pueblo. Emocionado el Marqués
arrojó por la gradería una considerable cantidad de dinero al punto que el
oficial real (tesorero) Pedro Calderón de la Barca, trató de impedirlo.
Trujillo fue la primera capital del norte peruano que proclamó la emancipación
política, 29 de diciembre de 1820.
El acta de aquel día fue sustraída, del libro del Cabildo.
Rebaza (1898) escribió que según la opinión del Sr. Vega D. Modesto, la señora
Marquesa doña Bélica Cabero para evitar compromisos a su hermano se valió de
algunos, para quitar las hojas del libro. Se cuenta el hecho anecdótico que
esta Marquesa desde la jura de la Independencia en Trujillo se vistió de luto
hasta su muerte por los años 37 o 38 en Lima.
A parte de la versión anterior, hay otras dos versiones, una
que se había sustraído por alguna de las personas que firmaron, otra que fue
arrancada del libro a fines de noviembre del año 23. Cuál de las tres versiones
es la verdadera desconocemos, lo cierto es que cuando Rebaza era Fiscal del
Tribunal Superior de Justicia por encargo del Sr. Bermudez solo encontró una segunda acta de fecha 2 de Enero de 1821
que se refería en todo a la de 29 de diciembre, más estaba suscrita únicamente
por los 12 miembros del Cabildo siendo uno de ellos el Síndico Sr. Orbegoso.
¿Qué se hizo el Pabellón Peruano, con el que juró la
Independencia en Trujillo el Marqués de Torre Tagle, el 29 de diciembre de
1920?, la Municipalidad no tiene y es posible que el Marqués al retirarse lo
haya llevado. por consiguiente nos preguntamos:
¿Dónde está el Gran Estandarte Peruano, con que juró San
Martín la independencia?, la Municipalidad no lo conserva, García Camba escribe
que el General Momet lo sacó del Cabildo, y lo remitió como valioso presente al
Virey [sic] Lacerna [sic] en el Cuzco. Tal vez el Virey [sic] se lo llevaría en su equipaje a la
península (Rebaza, 1898, p. 112).
La ciudad de Trujillo fue enaltecida recibiendo el nombre de
“Benemérita y Fidelísima a la Patria” título que debería usar en todos sus
actos por Decreto Supremo de 13 de enero de 1822. La Ley de 9 de Mayo de 1825
decía “El departamento ántes [sic]
llamado Trujillo, se denominará en adelante de la Libertad” y su capital
“Ciudad Bolívar.” Por las pasiones políticas el congreso del 27 restituyó a
Trujillo su antiguo nombre, quitándole el de Bolívar (Rebaza, 1898, p. 58).
En honor a la verdad sólo Lima y Trujillo han sido ciudades a
quienes se les concedió por la autoridad Real Escudo de Armas, con la
particularidad que Trujillo lo obtuvo primero, pues el Emperador Carlos V. y la
Reina doña Juana, expidieron la cédula en7 de Octubre de 1837, Lima lo recibió
dos meses después el 7 de diciembre de 1837.
En esa época también fue declarada capital de la República
mientras la de Lima fuese ocupada por los enemigos.
Para finalizar este corto artículo traemos a colación las palabras del general Bolívar, “el departamento de la Libertad ha dado la libertad al Perú”.
Referencias:
Paz Soldán, (1868). Historia de Perú independiente.
Rebaza Nicolás, (1898). Anales del departamento de la
Libertad en la guerra de la Independencia. Trujillo: El Obrero del
Norte.
Revista Mundial, del 28 de julio de 1921. El sueño de San Martín.

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