“Un pueblo que vive del pasado olvidándose del presente ha fracasado y
no tiene futuro”.
Por: José Esquivel
Dicen que hay escritores que a uno le hacen gozar pero
otros, te hacen cambiar y este es el
caso se José María Arguedas cuyas palabras traigo a colación, “la lucha
es un bien, el más grande bien que le ha sido otorgado al hombre, pero siempre
que la lucha no sea irremediablemente estéril o inútil, porque entonces ya no
es lucha, es el Infierno”. (Arguedas, 1962, p.10)
Y es que en todos estos años que
llevamos viviendo en una patria “supuestamente libre” poco o nada se refleja
ese bien por el que se lucha y muy por el contrario, la realidad nos muestra el
infierno en el que el peruano ha sucumbido llevado muchas veces por la avaricia
y el deseo obsesivo del poder, hemos llegado al punto de transformar la lucha
de ideas en guerra entre los hombres.
Hoy vivimos hablando del pasado
glorioso que nos enorgullece como peruanos y está bien, no estoy en contra de
eso, estoy en contra de que nos quedemos contemplando ese pasado como si eso
fuera suficiente para solucionar nuestros grandes y urgentes problemas, que ni siquiera nos
damos cuenta del presente y dejamos pasar el hoy de las oportunidades, hemos
fracasado, les hemos fallado a esos varones y mujeres que en el glorioso pasado
histórico tal vez esperaron algo mejor de nosotros.
Estoy seguro que mientras vivamos
contemplando boquiabiertos lo que nuestros ancestros nos dejaron en el pasado, no tenemos futuro, ya
lo decía Miguel de Cervantes “el hombre bien preparado para la lucha ya ha
conseguido medio triunfo”. Admiramos a
nuestras culturas pre-incas e incas por el legado incomparable que nos dejaron
y a veces hasta nos comparamos con ellos, en esto no hay sabiduría y no basta, como
no es suficiente el esfuerzo y la lucha de unos cuantos si las mayorías no se
ponen de parte la verdad y la defienden, el novelista checo Milan (1929) decía
“la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la minoría contra el
olvido” y eso es lo que hoy en día vemos en nuestras calles y oficinas.
Olvidados quedan aquellos justos
reclamos de aquellos que alzan su voz contra la indiferencia de sus
autoridades, de aquellos que a voz en cuello declararon en épocas electorales
que se la estaban jugando por mejores oportunidades, claro está que no era por
el pueblo, sino, por mejores oportunidades para ellos y sus allegados y
utilizan la filosofía “matonesca” de ‘conviene que unos cuantos del
pueblo se beneficien y que toda la nación perezca’ y cual sepulcros blanqueados
mencionados por Jesucristo se llenan la boca de palabras.
Han pasado doscientos años desde que se dijera
que “el Perú es libre e independiente” ¿libre? ¡Libre de qué! ¿Del abuso
español? ¿De los patrones criollos que explotaban a sus propios hermanos y
ultrajaban a las niñas? Porque la verdad es otra. Nos libertaron del yugo
español y nos hicieron esclavos de las grandes potencias tecnológicas e
industriales, que nos mantienen sometidos, nos libertaron de los patrones abusivos y nos apresaron en las garras de la
más infame víbora que ha penetrado todos los rincones de lo que llamamos patria
y ha carcomido casi por completo los valores, es el monstruo de la corrupción.
Si nos adentramos en la política,
veremos que hoy es muy fácil cambiarse de camiseta, hoy puedes ser naranja y
mañana rojo, los partidos políticos hoy son un arco iris.
El sentido más noble de la política
ha desaparecido, ya no se piensa en el pueblo, en cómo sacar a este del lodazal,
del pozo donde se encuentra, por el contrario se hace todo esfuerzo por
acabarlo de hundir y mientras más profundo sea mucho mejor, esto es fetichismo
del poder y no política.
Los valores han sucumbido al punto
que muy pocos lo practican y es común ver a aquellos que en un momento dijeron
ponerse de parte del pueblo mostrar sus fauces contra este.
Tenemos por ejemplo un Vargas Llosa que decía “creo que hace simplemente falta un poco de memoria recordar lo que significó vivir en el Perú durante la dictadura de Fujimori y Montesinos, para ver los miles de muertos y desaparecidos, los millones de dólares que se fueron al extranjero” o estas otras palabras “el fujimorismo ha sobrevivido porque robó más, cientos de millones. Keiko es la hija de un asesino. La democracia moriría si el fujimorismo llega al poder a través de Keiko”. Hoy Vargas Llosa es el defensor de la mujer que tanto criticaba y se jacta de ser el defensor de la democracia, a capa y espada defiende lo indefendible, quizás quiere que vuelvan esos tiempos como los que denunció Higuchi (citado por Guerrero, 2016) "Reciben donaciones de Japón, de ropa, la esposa de Santiago Fujimori. Se cogen los mejor para ellas y reparten estropajos utilizando mi nombre. Eso sí me indigna", a mi entender Vargas Llosa, pasó de ser el escritor a un personaje pintoresco de sus propias novelas.
Hay quienes afirman que Vargas Llosa se molesta cuando le hablan de Arguedas, y tal vez sea porque este último tenía una concepción distinta de lo que es el pueblo y la realidad peruana, y jamás usó los atuendos de un Nobel de literatura, pero tenía dignidad. Hoy podemos ver a un gigante Arguedas y su Perú de todas las sangres junto a un ridículo Vargas Llosa y sus frases discriminantes como las que cita Serna (2018) “uno que ya tiene 82 sólo ve con miedo a indios, negros y mestizos haciendo su democracia…” no somos tontos, su voz encarna ese rancio espíritu criollo cuyo único plan es que millones sigan en la miseria.¡De qué celebración hablamos! si
uno mira todo este camino transitado ve que no hay mucho que celebrar. Vemos la
delincuencia correr a caballo mientras la justicia va a pie y pretende
alcanzarla. Vemos la salud de los peruanos peligrar ante la indiferencia y los
mercaderes de la muerte y qué decir de la educación que es esquiva, mezquina,
un servicio y no un derecho para todos los peruanos.
Finalmente, si los incas fueron
grandes y extraordinarios personajes, no fue porque no se detuvieron “en el
pasado”, sino más bien porque contemplaron el presente, sus serias dificultades
y se propusieron transformarlo, vieron oportunidad donde nosotros aún con la tecnología
actual vemos imposibilidades.
No me hablen del “bicentenario”
si lo único que van a hacer es rememorar el pasado. No me hablen de unos
cuantos ilustres personajes olvidando a miles de peruanos que dieron su vida en
aras de la libertad tanto tiempo secuestrada por el poder y la tiranía de
España. No me hablen del bicentenario si me van a decir que al conquistador se
le hizo un monumento, mientras nos olvidamos de los que con sangre ganaron su
independencia. El pasado es importante, pero el presente lo es más y urge
nuestra atención completa. El Perú tiene que independizarse de la corrupción,
la discriminación y el abuso a los que son sometidos cada día, los más pobres,
los sin nombre, los serranos, los cholos, los indios, grandes y chicos. Jamás
olvidemos que lo único que se necesita que el mal triunfe, es que los hombres
buenos no hagan nada (Oscar Wilde).
REFERENCIAS
Arguedas,
José María. (1962) La caída del Ángel. En
Expreso, 19-12-62. Pág.10.
Guerrero, D. (2016,
1 de abril). SUSANA
HIGUCHI DENUNCIA CORRUPCION Y TORTURAS [vídeo]. https://www.youtube.com/watch?v=Tfna_zq6ddc&t=14s
Milan, K.
(1929) El libro de la risa y el olvido.
Citado en La Política exterior norteamericana hacia Centroamérica: reflexiones
y perspectivas. Editor José Luis Barros Horcasitas. Contribuidores Mónica
Verea, Universidad Nacional Autónoma de México. Centro de Investigaciones sobre
Estados Unidos de América, FLACSO (Organization). Sede Académica de México.
Editorial FLACSO Mexico, 1991. ISBN 978-96-8842-273-1. p. 296. Fuente: Palabras
de Mirek en El libro de la risa y el olvido.
Serna, R. (2018) El
infalible Vargas Llosa… y sus metidas de pata. Recuperado de: https://noticaribe.com.mx/2018/05/07/el-infalible-vargas-llosa-y-sus-metidas-de-pata-por-rodrigo-de-la-serna/amp/

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