martes, 30 de marzo de 2021

LOS MISTERIOS DEL URMO

 POR: JOSÉ ESQUIVEL

La piedra del Urmo en Otuzco se encuentra a una altura de 3 347 m.s.n.m. 7° 52’41”S y 78 ° 36’31”W, desde la base a la cúspide mide 23.65 m., con un perímetro de 0.3km (300m.) Urmo es conocido específicamente por la Batalla del mismo nombre y por la leyenda del Cóndor del Urmo, que según se cuenta, la pacha mama lo convirtió en piedra para preservarlo y un día despertará para abrir sus alas en dirección a la provincia capital para protegerla del futuro.
Otra es la historia, que pocos conocen y muchos ni lo han oído, y es que el Urmo es mucho más que lo antes mencionado. Urmo es para mí uno de los lugares en el que podemos encontrar más fragmentos cerámicos pre-incas que los conocidos Tarcumarca, Machigón, Pinit, y Carpaico, solo por mencionar algunos de los lugares más conocidos, digo esto porque en más de una ocasión me he adentrado en estos lugares en busca de pistas de nuestros ancestros y ha sido este último el que más ha captado mi atención, por todo lo que ‘in situ’ he podido encontrar como pruebas de mis investigaciones.
Urmo cuenta con restos arqueológicos, y evidencias de una diversidad de fragmentos de cerámica que correspondería a diversos periodos de la historia andina, así como también se puede encontrar fragmentos de piedra tallada (grabados en bajo y alto relieve) lo que mostraría que no solo dominaron la cerámica, sino que también lo hicieron con la piedra.
Por estudios se sabe que la cerámica en los Andes centrales apareció en distintas zonas geográficas y de manera más o menos simultánea, siendo la cultura Valdivia (Ecuador) la que presenta la cerámica más antigua de Sudamérica: 3,150 - 2,300 a.C.. Al parecer la cerámica llegó desde allí y se difundió de manera desarrollada por todo el territorio peruano. Los registros de cerámica más antiguos en el Perú datan entre los 1,800 y 1,300 a.C. Las primeras formas conocidas provienen de la costa peruana y son tecnológicamente primitivas. Sus bordes y paredes son delgados (2 - 3 mm) y sus formas imitan las vasijas y cuencos realizados con mates (calabazas).
Los fragmentos de cerámica, que forman parte de mi estudio y colección personal, evidencian que este ‘asentamiento humano’ trabajó la arcilla blanca a base de “caolín” realizando cuencos, tazas, vasos y otros enseres de uso cotidiano y ceremonial, estos últimos contaban con un mejor acabado. En los fragmentos podemos ver representaciones como: líneas, figuras geométricas, motivos zoomorfos y otros que mostrarían las costumbres de ellos. También se puede encontrar fragmentos de cerámica (roja, como el de las ollas) que aún se fabrican en la actualidad. Es notable como se dio la evolución de la cerámica en esta urbe pasando desde lo más rústico a lo más sofisticado como lo observarán más adelante en las imágenes.
Las construcciones de esta urbe se encuentran ubicados en los acantilados lo que mostraría las condiciones de seguridad que imperaban en aquel tiempo, las paredes fueron levantadas con piedra y barro siguiendo las condiciones geográficas del terreno, algunas son piedras primigenias y otras que representarían a otro periodo son labradas, además la disposición de las habitaciones reflejarían las diferencias sociales de sus habitantes ya que puede observarse vestigios tanto en la planicie como en la altura. Los restos arqueológicos evidencian una ciudadela amurallada con paredes de 50 centímetros de ancho, con pasadizos empedrados de 1 metro, así como paredes divisorias de 50 centímetros. Las habitaciones son pequeñas de hasta 6 metros cuadrados. Habría tenido una plaza principal. Al estar ubicado en una zona estratégica, hace suponer que era una ruta comercial muy importante. Desde aquí se puede observar Machigón al Noreste, La Corona (Rogoday) y el Arcalle al Suroeste, Pinit al Sureste y Tarcumarca al Sur.
Trazando una línea de tiempo y considerando los datos de las zonas investigadas por el Dr. John Topic, los restos arqueológicos y fragmentos de cerámica encontrados en el lugar, lo podríamos ubicar aproximadamente entre 800 a 1100 d. C., claro está que es una hipótesis, como lo es también la desaparición de sus habitantes, que para mí se debió a un aluvión o lo que conocemos como ‘Fenómeno del Niño’ ya que los fragmentos de cerámica se encuentran entremezclados, como lo dije ya en una ocasión “como cuando se mezclan diversos materiales en una botella y se revuelve todo” (Esquivel, J. 2018).
Sin duda hay mucho más por investigar, como por ejemplo el nombre “Urmo” que no existe en el quechua del Perú.
Mi compromiso como otuzcano y como ‘investigador’ es seguir profundizando en los vestigios del Urmo para brindarles información de primera mano.
REFERENCIAS
Trujillo Peru [sic] Hoy: Al aire libre, (21 de abril de 2014). El cóndor de la Piedra de Urmo. Recuperado de: http://julcaferalairelibe.blogspot.com.
Esquivel, J. (13 de enero de 2018). Cerámica Urmo. Club Jovconsa. Recuperado de: http://esquiveljovconsaclub.blogspot.com/
Artículo y fotografías originales del autor.
Se puede usar las fotografías y artículo para fines académicos siempre y cuando se reconozca los derechos de autor.





















EL “KULLI” CULTURA Y LENGUA DE NUESTROS ANCESTROS OTUZCANOS

 POR: JOSÉ ESQUIVEL

La cultura kulli, ha dejado claras huellas de su existencia en un amplio territorio que abarca desde la costa central a partir de un núcleo ‒Salinas del Chao, Virú‒, incluyendo Pallasca, la sierra adyacente de La Libertad y las provincias sureñas y centrales de la actual región de Cajamarca.

En este contexto, Otuzco debe sentirse orgulloso de sus orígenes y de su rica cultura andina. Hoy en día todavía podemos encontrar palabras de esta extraordinaria cultura, palabras que se han conservado específicamente por la gente del campo, gente de piel morena, orgullosa de su historia.

La cultura kulli, atendiendo al mito fundacional, puede ser estudiada en cuatro grandes períodos: a. El tiempo de Ataguju, la Suprema Humedad, tiempo inmemorial desde el abandono progresivo protokulli de Las Salinas del Chao, la fundación de otros núcleos poblacionales o chaos en el itinerario transversal de ascenso hacia las fuentes de agua dulce. b. El ‘tiempo Wamansuri’ o de ‘esclavitud estratégica’, gran período de convivencia asimétrica con los wachemín hasta el levantamiento o rebelión mediando la acción del líder Katatkill. c. El ‘tiempo Katatkill’, que dura desde la independencia del pueblo Kulli de los wachemín hasta la época de la extirpación de idolatrías y la colonización cultural por parte de los colonizadores españoles. Se trata de un tiempo interrupto, cortado brutalmente, que permitió engendrar el cuarto período, caracterizado por el debilitamiento de la creación cultural y la clandestinidad. d. El tiempo del deterioro lingüístico-cultural. La prolongación de la cultura kulli, sin que haya abandonado su tradición de elaboración de conocimiento mítico se halla vigente en los neomitos recogidos por ASPADERUC y en los que siguen creándose en la narrativa oral y en la experiencia de la vida diaria.

Hacia 1746, un desacuerdo eclesiástico administrativo para designar sacerdotes que sirvieran en las haciendas de Uningambal, Angasmarca y Carabamba, en ese entonces, jurisdicción de Huamachuco-corregimiento de Cajamarca (hoy La Libertad), causó la procesión de dictámenes contrarias, en el sentido de que la población de esas haciendas hablaba CULLE [KULLI], y que era necesario nombrar curas KULLIHABLANTES, o por lo menos que fuesen acompañados por ‘lenguaraces’ o intérpretes adjuntos.

En este sentido, la administración eclesiástica de Trujillo, convocó a testigos para que declarasen si era verdad o falsedad que había gente que hablaba ‘culle’, para tomar decisiones al respecto; la información de los testigos debía confrontarse también con otros documentos testimoniales de unos veinte años antes (1726). Entre los testigos declarantes hubo gente-clave:

DIEGO SUMELSÚ. Nativo, hablante de kulli.
En AAT-MF-C, se lee: ‘Presbítero natural de la provincia de Guamachuco, teniente de vicario del pueblo de Otuzco [declaró que] es cierto que los indios de las haciendas Uningambal, Angasmarca y Carabamba hablan la lengua culle y tal cual de ellos la general y que está adulterada y no perfectamente y que totalmente no entienden ni hablan la castellana y que aunque uno u otro la quiere producir cuando hablan con los españoles, ni estos entienden a los indios ni estos a los españoles… pues tal palabra que de ella quieren introducir es revuelta con lengua y el castellano un disparate que comúnmente llamamos mote los españoles… [y] que es imposible que los indios de dichas haciendas y sus contornos se puedan confesar de otro modo que no sea en su propia lengua, porque solo en esta tienen verdaderamente explicación y conocimiento del pecado y que esto es más común en las mujeres, porque estas como menos comunicables con los españoles son totalmente cerradas… que si los curas no son buenos lenguaraces y mamen la culle son incapaces de administrar los sacramentos… no siendo el cura que les administra lenguaraz no puede cumplir con el ministerio de su obligación… sabe que en Carabamba, Motil y Chota están distantes de sacerdotes lenguaraces, tres, cuatro y cinco leguas…’1
El mismo testigo, en otra ocasión, en la que aparece con el apellido Zumelsú, ligeramente cambiado en la consonante de inicio, argumenta que: “en dicha lengua culle son muy distintas las palabras que en la general y en una ocasión dice este declarante llegó a él muy desconsolada y escrupulosa una india y le dijo en lengua que se acababa de confesar con su cura y que no sabía lo que le había dicho ni qué penitencia le había dado y que por amor de Dios le hiciese caridad de confesarla…” (AAT-MF-C)
Como vemos, esta declaración nos conecta con un testigo de alta calidad y credibilidad.

De acuerdo con Paredes, V. (2020), “1o el apellido Sumelsú es una palabra kulli que lleva en su estructura morfológica tres sílabas que son, a su vez, bases nominales: [su]N = sol + [mel]N = ¿? + [su]N = sol. La base [su] se halla con la glosa ‘sol’ registrada en la lista de Martínez, en la posición 24 de 43 para el idioma kulli. 2o Sumelsú es natural de Huamachuco, región de habla kulli. 3o Es sacerdote católico, un nativo que alcanzó esta dignidad a la usanza española y se desempeña como teniente de vicario’ en Otuzco. 4o Habla el idioma kulli, es decir, ‘lenguaraz’ para el ejercicio de su ministerio y su testimonio acerca del problema es ineludible. Postula que los curas deben ser nativos y que entre los requisitos es necesario que ‘mamen la lengua culle’. 5o Sumelsú, en el ejercicio de su cargo, confiesa en kulli a sus feligreses. 6o Es consciente de los problemas de incomunicación y además tiene un claro conocimiento de la lengua que él maneja; como lo dice ‘en dicha lengua culle son muy distintas las palabras’. 7o Informa que en Motil y Chota los pueblos están aislados y no pueden beneficiarse de la confesión en su propio idioma por la gran distancia que los separa.

PEDRO DE ALZA. Cura de Yaiguén, declara: En Huamachuco “hay cuatro pueblos que son el de Santiago, Otuzco, Usquil y Lucma en donde no se habla más de la lengua materna que llaman culle, y no la general ni la española…” ¿Cuál es la lengua materna? La kulli. ¿Cuál la general? La quechua. Y seguido, la española que no es ni materna, ni general para el momento en que declara que ha tenido bajo su jurisdicción a otros sacerdotes como ‘fray Joseph Granda, fray Juan del Castillo, fray Manuel Pacheco, fray Gaspar Ciudad, fray Manuel Zapata y otros muchos… y ninguno ha sido lenguaraz no solo en la materna de los indios, ni en la general: y aunque los indios hablan o entienden algo de la lengua española, las indias generalmente no la saben, ni entienden más de solamente su lengua materna culle y así en ella el padre confesor no la entiende, no sabe este declarante como las podrá confesar…’ [y que] ‘habiendo bastantes sacerdotes clérigos naturales de los mismos pueblos que saben y hablan la lengua materna culle, suelen estar en ellos de sus comarcas, jamás se valen de ellos dichos padres para las confesiones’. (AAT-MF-C)

El testimonio antes presentado demuestra el desinterés de los religiosos para aprender la lengua indígena que los ayudara a cumplir con la misión de salvar almas. El testimonio es concluyente: ‘no se habla más de la lengua materna’, la kulli; no hay lugar para ponerlo en duda.

PABLO PONCE DE LEÓN. Representa la parte opositora. En su ponencia, trata de justificar su posición contraria, pues sostenía que no era necesario que los curas hablaran lengua kulli: a. “En todas las doctrinas… hablan la lengua culle, idioma tan bronco y difícil, que aun los más expertos en la lengua general no son capaces de predicar, ni rezar en dicho idioma”. b. “Mientras se habilitasen se valdrán de otros religiosos circunvecinos, que sean idóneos para el cumplimiento de su oficio lo que practican todos los que no se hallan corrientes en el idioma”. c. “Aunque la falta del idioma del país donde lo ha designado su destino… por haber allí religiosos agustinos… [que] a costa de su repetida fatiga [han] desterrado la idolatría… el concilio de Trento establece que si unos u otros estuviesen impedidos y no pudiesen allí cumplir personalmente con este preciso cargo… que ellos lo hagan practicar por personas idóneas que satisfagan las obligaciones de su ejercicio sin que por esto no sean admitidos ni conservados sagrados”. d. “En estas referidas haciendas no es tan necesario la lengua del país, que su falta embarace la distribución del pasto espiritual, porque siendo la primera obligación de los que expresen este ministerio enseñar la doctrina cristiana a sus feligreses; esta está por cédula de su majestad y repetidas sinodales mandada hacerse en la lengua española y que la hablen los indios; y los de las referidas haciendas por más que se le digan a vuestra señoría… los contrarios, entienden y hablan el idioma castellano pues los dueños de ellas y sus mayordomos sin ser lenguaraces los mandan y gobiernan y ellos responden y obedecen mezclando en su idioma mucho castellano en sus respuestas”. e. … Esta ignorancia no es impedimento para que ejerciten su oficio… no hubo tiempo para que se instruyesen en la lengua los religiosos que se destinaban para este ministerio pero servirá para que desde ahora se apliquen a este cuidado. f. … el concilio quien en la acción segunda cap. 20 previene que en concurrencia de dos sujetos, uno que ignora la lengua pero de buenas costumbres y otro que no sea así sino en la lengua inteligente debe aquel ser preferido y escogido para el oficio de cura…, más aprovechará a los feligreses éste con el ejemplo para imitación que el otro [que] con toda inteligencia de la lengua para la enseñanza ingresó al oficio… (AAT-MF-C)

En esta declaración subyace el concepto de discriminación de las minorías lingüísticas y de sus culturas y como es sabido por todos para los españoles todos eran indios.

El culle como idioma se registra recién con este nombre en la década de 1740 a 1750 en la controversia eclesiástica para el nombramiento de curas. Los kulli como una cultura ofendida, afectada primero por los opresores inkas, quienes los desarraigaron de sus chacos originales y la ferocidad de los católicos agustinos terminaron reprimidos no solo en su cultura, sino también en su idioma.
El mito da cuenta de la religión KULLI, según los agustinos arrancaron la información a los alcos, sacerdotes menores– y principalmente a uno de mayor jerarquía llamado Xulcamango ‘el mayordomo de todos’. Este Xulkamango fue el principal de los negros sacerdotes. ¿Cómo se explica esto de ‘negros sacerdotes’? A simple lectura podríamos postular que el adjetivo negro funciona como despectivo, pero no, esta frase describe de modo literal la piel de estos elegidos para sacerdotes nativos, tal vez de una casta muy antigua, guardiana celosa de las tradiciones religiosas y ritos kulli, aunque el agustino dice, después de reconocer que son bibos (sic) o inteligentes, que es el demonio quien los elige o convence.

César Guardia Mayorga (1967: 84-85, 178). Afirma que Kulli, qulli: adj. Morado, moreno y aclara rematando: Kulli o Qulli Runa. s. hombre moreno. ¿Por qué, entonces, toda una nación identificaba a su lengua y a sí misma se reconocía kulli? La respuesta está despejada. Los kulli eran hombres morenos. En el mito se descubrirá que procedían de la cálida costa y que emigraron hacia los Andes en una época de grandes sequías, y siguiendo un itinerario a la vez difícil y trazado por los ríos que estacionalmente se descolgaban de los Andes adyacentes.

Como afirma Paredes, V. (2020), “La lengua kulli está presente en el castellano de Cajamarca centro y sur, sierra de La Libertad y Pallasca (Áncash norte) en dirección sur, hasta Huambos en dirección norte, y ha marcado al quechua ancashino actual con caracteres distintivos verificables”.

REFERENCIAS
ADELAAR, Willem. (1990). En pos de la lengua culle. En Temas de Lingüística Amerindia. Primer Congreso Nacional de Investigaciones Lingüístico-filológicas. Lima. CONCYTECGTZ.
AGUSTINOS, PP. ([1560] 1992). Relación de la religión y ritos del Perú hecha por los padres agustinos. Edición, estudio preliminar y notas de Lucila Castro de Trelles. Lima. Fondo editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
ALVA, Walter. (1986). Las Salinas de Chao. Asentamiento temprano en el Norte del Perú. Bonn, Alemania. Versión bilingüe alemán-castellano.
CÁRDENAS M., Mercedes, VIVAR A., Judith. (2005). Restos humanos de la ocupación precerámica en las pampas de Salinas del Chao. En Boletín de Lima, pp. 43-62.
ESPINOZA SORIANO, Waldemar. Haydée Quiroz y Pedro J. Pazos (comp.) (2018). Miradas etnohistóricas a Cajamarca. Lima. Fondo editorial de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, Paredes, V. (2020). La cultura y la lengua kulli en el castellano de Cajamarca centro y sur, La Libertad, Pallasca y en el quechua ancashino. Tesis para optar el grado de Doctor en Lingüística. Unidad de Posgrado, Facultad de Letras y Ciencias Humanas, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú.

COMPLEJO VOLCÁNICO DEL CENOZOICO URPILLAO - RUSHOS OTUZCO PERÚ

 

Por: José Esquivel

Otuzco, es una Ciudad andina, ubicada a 2,650 m.s.n.m, a unos 75 Km de la Ciudad de Trujillo,  la mayoría de su territorio está comprendido dentro de la región quechua. En este contexto, en la Cordillera Occidental del Norte del Perú aflora una variedad de depósitos volcánicos, denominados inicialmente por Cossío (1964) como Formación Calipuy. Este volcanismo es subaéreo y se emplazó entre el Eoceno y el Mioceno (Wilson, 1975; Farrar y Noble, 1976; Noble et al., 1990, 1999; Rivera et al., 2005; Navarro et al., 2008).

Estudios geológicos llevados a cabo en un sector de la Cordillera Occidental del Norte del Perú (7°30’ – 8° S y 78° – 78°45’ O), en las provincias de Otuzco y Sánchez Carrión consistentes en un cartografiado actualizado con énfasis en los depósitos volcánicos, la estratigrafía y geocronología, sugieren la ocurrencia continua de un magmatismo y volcanismo sucedido en el Oligoceno, durante el cual se emplazaron los centros eruptivos Rushos y Payhual, actualmente en avanzado estado de erosión.

En estos últimos años, tres nuevas dataciones radiométricas 40Ar/39Ar efectuadas en depósitos de flujos de lava emitidos por los centros volcánicos Payhual (Complejo volcánico Payhual-Caupar): 24.6 ± 1.1 Ma y Rushos (Complejo volcánico Urpillao-Rushos): 24.81 ± 0.18 Ma; y en un cuerpo granítico del Batolito de la Costa: 27.69 ± 0.16 Ma; muestran una actividad magmática ocurrida en el Oligoceno.

En base al estudio estratigráfico, cartografiado geológico e interpretación de fotografías aéreas e imágenes satelitales, se ha determinado el Complejo Volcánico Urpillao Rushos que está compuesto por dos estratovolcanes erosionados y alineados en dirección Noroeste a Sureste.

Los depósitos emitidos por el volcán Rushos (al Norte) sugieren que este volcán tuvo cinco etapas eruptivas, caracterizadas por actividades efusivas y explosivas: 1) Depósitos de flujos de lava andesítica muy alterada, sobreyacen depósitos de flujos piroclásticos de pómez y cenizas. 2) Depósitos de flujos piroclásticos de cenizas, grises, intercalados con otros flujos de ceniza de coloraciones gris rojizas. Estos depósitos están cortados por vetas de cuarzo que tienen una dirección NE-SO. 3) Depósitos de flujos de lava andesítica afírica, gris azulada, uno de los cuales reporta una edad 40Ar/39Ar (matriz) de 24.81 ± 0.18 Ma. Se intercalan con capas delgadas de depósitos de flujos de ceniza. 4) Depósitos de flujos piroclásticos de pómez y cenizas. 5) Depósitos de flujos de lava andesítica afírica, gris verdosas.

Por otro lado los depósitos volcánicos del Urpillao (al Sur), a una altura de 4 307 m.s.n.m., sugieren nueve eventos eruptivos: 1) Depósitos de flujos de lava andesítica porfirítica gris verdosa, que sobreyacen a una secuencia volcanoclástica gris violácea. 2) Depósitos de flujos piroclásticos de cenizas, con alto contenido de fragmentos líticos lávicos. 3) Depósitos de flujos lávicos porfiríticos gris verdosos. 4) Depósitos de flujos piroclásticos de bloques y cenizas con fragmentos líticos juveniles monomícticos. 5) Depósitos de flujos lávicos andesíticos afaníticos. 6) Consiste en depósitos de flujos piroclásticos de bloques y cenizas. 7) Depósitos de flujos de lava andesítica afírica gris oscuros a gris verdosos. 8) Depósitos de flujos piroclásticos de bloques y cenizas, con fragmentos líticos porfiríticos. Se intercalan con algunos depósitos de flujos piroclásticos de cenizas. 9) Depósitos de flujos de lava andesítica afírica, gris verdosa.

Las primeras etapas eruptivas de los volcanes Rushos y Urpillao son asignadas al Oligoceno superior por estar intruidas por un stock granodiorítico de 26 ± 1.0 Ma (Stewart et al., 1974) e infrayacer a los depósitos de flujos piroclásticos de cenizas pertenecientes a la Caldera Carabamba. Los últimos eventos eruptivos del complejo volcánico corresponden al Oligoceno superior-Mioceno temprano, por sobreyacer en discordancia erosional a los depósitos piroclásticos de la Caldera Carabamba, los cuales reportan una edad máxima de 27.0 ± 0.4 Ma (Rivera et al., 2005).

Sobre el nombre de este macizo rocoso en documentos oficiales se puede encontrar  “Urpillau” y “Urpillao”, procedería del quechua del norte del Perú, y significaría “Dios que habla”, cubre un área de 130 hectáreas, la temperatura media es de 10o C, pertenece al distrito de Sinsicap, provincia de Otuzco.

REFERENCIAS

Cobbing, E. (2000). The Coastal Batholith of Peru and other aspects of Andean magmatism. Boletín de la Sociedad Geológica del Perú, 88, 5 – 20

Farrar, E. & Noble, D. (1976). Timing of late Tertiary Deformation in the Andes of Peru. Geology Society of America Bulletin, 87 (9), 1247-1250.

Kuno, H. (1968). Differentiation of basalt magmas. In Hess, H.H. et Poldervaart, A. (eds) The Poldervaart treatise, on Rocks of Basaltic Composition, Vol.2. Insterscience Publishers, 623-688.

Noble, D., McKee, E., Mourier, T. & Mégard, F. (1990). Cenozoic stratigraphy, magmatic activity compressive deformation, and uplift in Northern Peru. Geological Society of America Bulletin, 102, 1105 – 1113

Noble, D., Wise, J., Vidal, C. & Heizler, M. (1999). Age and deformational history of the “Calipuy Group” in the Cordillera Negra, Northern Peru. Sociedad Geológica del Perú, Volumen Jubilar, 5, 219–226.

Rivera, M., Monge, R. & Navarro, P. (2005). Nuevos datos sobre el Volcanismo Cenozoico (Grupo Calipuy) en el Norte del Perú: Departamentos de La Libertad y Ancash. Boletín Sociedad Geológica del Perú, 99, 7-21.

Rivera, M., Rolin, D., Navarro, P. & Monge, R. (2006). Nuevas dataciones radiométricas de la secuencia volcánica Cenozoica en el Norte del Perú: departamento de La Libertad (7°45’-8°25’S). XIII Congreso Peruano de Geología, 4 p.

Stewart, J., Evernden, J. & Snelling, N. (1974). Age determinations from Andean Peru: A reconnaissance survey. Geological Society of America Bulletin, 85, 1107-1116.

Vidal, C. (1980). Mineral deposits associated with the Peruvian Coastal Batholith and its volcanic country rocks - With special reference to the Huaura - Ica region, 11° - 14° S. Ph.D. thesis, University of Liverpool, 240 p.

LUIS A. VALDEZ FARIAS. (2017). ORDENANZA REGIONAL. Diario Oficial del Bicentenario EL PERUANO, 79, 80, 81.

Plan Vial Provincial Participativo de Otuzco, 2007 – 2011, Municipalidad Provincial de Otuzco, abril 2007.










Sitio arqueológico TARCUMARCA