Fidel Honorato Horna Cortijo fue uno de los artistas más completos que Otuzco ha tenido a través de su historia. Quien conoce sus obras teatrales, debería saber que su vasta producción encarna las vivencias de nuestra querida tierra; como aquella famosa obra: “El Corazón no llega al Cielo”, en la cual satiriza a algunos personajes de nuestro Otuzco de antaño y realza el trabajo docente en el área rural, donde actualmente laboran muchos de sus alumnos del Instituto Superior Pedagógico “Nuestra Señora de la Asunción”; dignificando su trabajo, tan mellado y humillado actualmente.
Como no estar orgullosos de aquel
escritor y músico que compuso el sonadísimo huayno “Pencas y Retamas”, al ritmo
del cual fue llevado en hombros hasta su casa eterna al son de la Banda de
músicos de la Institución Educativa “Manuel Apolonio Moreno Figueroa” que
tocaba con cariño a su Maestro fundador.
Fidel Honorato Horna Cortijo nació
el 22 de septiembre de 1924, era el segundo de 8 hermanos, sus estudios
primarios lo realizó en la escuela de varones Nº 251 hoy Juan Alvarado Nº 81028
de la ciudad de Otuzco. Obtuvo una beca para realizar sus estudios secundarios
en el colegio San Juan de la ciudad de Trujillo.
Realizó sus estudios superiores
en el Instituto Superior Pedagógico De Lima, así como en el Instituto de Arte
Dramático de Lima y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Tuvo cuatro hijos con la señora
Delia Venegas Carranza, pero su compañera de vida fue la señora Adela Victoria
Campos Ruiz.
Como escritor
Escribió más de 70 libros
inéditos, escribió más de 600 artículos como colaborador del diario la
industria de Trujillo, La prensa de Lima y otros medios. Fue educador por más
de 52 años, literato historiador, se desempeñó como secretario del sindicato de
profesores del Perú, miembro de la Beneficencia Pública de Otuzco, y alcalde de
Otuzco en el año 1978.
Como compositor
Compuso los
himnos de las instituciones educativas, Juan Alvarado, Simón Bolívar de Otuzco,
fundador del club deportivo Vanguardia y presidente de la hermandad de la
Inmaculada Virgen de la Puerta.
Tuvo inclinación por la música y
en especial por la trompeta, además de gustarle el arte literario. Fue director
de la institución educativa pública “Fidel Honorato Horna Cortijo” en Lucma.
Entre 1967 y 1968 los hermanos
Moreno conversaron con Horna para que se uniera como director al Apolonio
Moreno, aunque era director de la Escuela Normal, aceptando ser parte de la
escuela por su profundo amor a la educación, su familia cuenta que tanta fue su
dedicación a la escuela que incluso los sábados y domingos dedicaba su tiempo
al huerto y a los animales que se criaban en la escuela y dedicó tiempo para el
ensayo de la banda de guerra. Horna hizo un convenio con la Escuela Normal,
para que los futuros profesores realicen sus prácticas pre profesionales,
convirtiéndose así el Apolonio Moreno en el centro de aplicación de la Escuela
Normal.
Director encargado del I.E.S.P.P.
Nuestra Señora de la Asunción de Otuzco.
Como escritor destacan obras
como:
·
El poemario: Pencas y Retamas
·
Poemas: El amor, Tentación, Meditación, Más
allá, Contemplación, Los pobres, Maestro, Candelita, Pedro Longa, Cuadro
amargo, Testimonio, El recuerdo, Hermano Juan, Apreciación, Quiero, A la
orilla, Mi caserío, Martín calavera, Ña
Dolores, En la isla del olvido, Una súplica, etc.
·
Leyenda: La captura del Shapingo
·
Obra teatral: El corazón no llega al cielo
·
Libro: En mi tierra
Falleció el 19 de octubre del 2005,
siendo sepultado de pie mirando hacia la virgen de la puerta y el Chologday en
el cementerio Los Ángeles de Otuzco.
A la pregunta ¿Quién es realmente Fidel Horna Cortijo? Responde
“Soy un otuzcano que ha dedicado su vida a Otuzco”.
¿No se le ocurrió alguna vez publicar sus libros?, Se me ocurrió
muchas veces. Lo que pasa es que en el Perú es costoso publicar libros y no es
rentable. Peor en Otuzco la gente no lee.
POEMA MÁS ALLÁ
Más allá del allá
donde se quema la luz,
no seremos ni sombra,
no serás tú dichosa, no seré yo
feliz.
Tan de frente han de irse
nuestros pasos agudos,
tan distantes quizás,
que aún nuestras miradas serán eternidad.
No sabré que te llamas,
ni me podrás llamar.
No seremos ni sombra…
Más allá del allá…
